Hay algo que debo confesar: Si bien soy su sabio maestro, la ternura siempre la tengo presente. Me gusta que mis damiselas se sientan a gusto y mezclar un poco de pasión con su respectivo cariñito. Por eso, una pose a la cual le quiero dedicar unas palabras hoy es la famosa, pero desaprovechada, cucharita.
Sobrin@s: Esta no es solo una pose para jatear. ¡No sean monses! Esta es una pose que prenderá a tu pareja durante los previos, cuando estés yendo lentito al inicio. Es recontra fácil, pero hay que hacerlo con actitud y entrega, porque si no, no funciona: Los dos deben estar tendidos de costado hacia el mismo lado, encajando los cuerpos a la perfección. Lo que me encanta de esta postura es la posibilidad de explorar el otro cuerpo. Por ejemplo, el chico puede estimular manualmente (o con alguna ayudita tecnológica) las principales zonas erógenas femeninas. ¡Uffff! Ya me entraron las ganas.
Un último dato: Como es una postura suavecita es también ideal para empezar a explorar el sexo anal. Eso sí: usando a mi partner Sex&Lub, porque sin lubricación, nada fluye; y obvio, con su respectivo consentimiento, porque sin permiso, ¡no juega Perú!
