Sobrin@s, estaba en estos días reflexionando luego de un buen delicioso y me acordé de la existencia de las muñecas inflables. ¿Las recuerdan? Son esos juguetes sexuales que intentan imitar a mis sobrinas. Miren, yo no voy a juzgar a nadie, porque no todos tienen el éxito que yo en estas canchas, pero la verdad es que nunca he conocido a alguien que las use. Así que me puse a leer y les comparto algunos datos que les sorprenderán.
¡La verdad es que sí se usan y los fabricantes han mejorado mucho! Antes eran de plástico y tenían un orificio para hacer el chuculún y otro para inflar, ¿cierto? Bueno, ahora la cosa es distinta. Las muñecas en el mercado se ven y actúan más humanas. Los clientes las piden a medida: Bronceadas, onduladas, curvilíneas, delgadas, ¡hay para todos los gustos! Como están dotadas de inteligencia artificial son robots que pueden mover partes del cuerpo, responder a preguntas y hasta se les puede programar una personalidad. Alucinante, ¿no?
Eso sí: Aún son caras, cuestan miles de dólares. Hay opciones para quienes no pueden pagarlas, aunque no en Perusalén. Resulta que en Europa, ¡hay burdeles que ofrecen sexo con muñecas de silicona! Estas muñecas son bien realistas, ¡parecen firmes! Piel suave y todo. Esta es una forma también de evitar la explotación que hay en la prostitución (harto delincuente y trata de personas). Además, pienso que estas muñecas son atractivas para ciertos sobrinos “senior” que lamentablemente por los prejuicios que hay en nuestra sociedad tienen menos delicioso (por ejemplo: adultos mayores). ¿Ustedes se animarían a una experiencia así? ¿tal vez una nueva meta de ahorro para la vejez?